Que injustos fueron,
que ingratose insensatos,
que no supieron
comprenderte,
ni entenderte,
mofandose de ti,
tan solo de ver
todas las barbaridades
que te hicieron,
me duele el.alma
y el corazón,
no te mereciste
ningún dolor,
ni ingratitud,
ni burla.
Todo en ti es amor,
dulzura, cariño,
comprensión,
sensatez, calor,
paz, amor
y sosiego,
Hoy todos los niños
lucieron sus galas
de todas las tribus
de Israel, con sus palmas
y sus ramas de olivo,
con sus corazones
alegres y felices
por salir a representar
y por acompañarte
a tu entrada en Jerusalén,
si esa tierra,
que Tú antes de entrar,
en ella,
te entristeció
de ver como se había
vuelto, después
de todo lo que les enseñaste.
Mi alma está triste,
porque no te mereciste
tanto dolor,
ni tanta incomprensión,
pero a la vez
esta alegre
porque dentro
de unos días
vas ha volver a resucitar
y de nuevo vas ha estar
de nuevo con nosotros
una vez más,
Te quiero
mi buen Hermano,
mi salvador,
mi redentor,
mi buen pastor.
Mi meta,
mi ilusión,
es la de intentar
y lograr
seguir el camino
que nos has marcado.
Te venero,
te quiero,
y te anhelo
mi buen Jesús,
no nos abandones.
Todo ello
Tú lo sabes mejor
que nadie,
que te lo digo de corazón,
así como.sabes,
que cuando tenía,
yo veinticuatro años,
algo en.mi interior,
en Semana Santa,
mi alma se empezó
a entristecer
haciendome
cambiar el ánimo,
y que de cada vez
va aumentando
más,
cuantos más
años van pasando,
ese dolor
va aumentando.
Tú solo me comprendes
y sabes además
de pensar
que no es ninguna tontería.
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